El Hombre es un ser social. Esto se debe a que el Ser Humano necesita de los demás para su supervivencia. Las necesidades de supervivencia hacen que el individuo necesite los afectos y la compasión de los demás. Vivir en sociedad requiere que todos los individuos cumplan con unas normas comunes mínimas. Por otra parte, aquello que cultivamos, que desarrollamos en nuestra soledad, sentimos el impulso o la necesidad de compartirlo con los demás.
En nuestros actuales niveles de conciencia, esta situación solemos verla como una contradicción entre la soledad y las necesidades sociales, entre las necesidades, libertades, derechos y deseos del individuo y el bien común de toda la sociedad. Esto ha producido una polarización en el pensamiento humano, y así están aquellos que lo que más valoran es lo social y aquellos que le dan más valor a la soledad y a lo individual.
Esto nos muestra también la necesidad de elevar nuestros niveles de conciencia para que nos permitan ver como complementario aquello que ahora vemos como contradictorio. Y se nos presenta la cuestión de como alcanzar esta visión, y aquí surgen diversas opciones, y cada cual opta la que le parece la mejor. Y el camino, la vida, el flujo natural siguen y nos llevan con ellos como el río lleva a cada una de sus gotas de agua.
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