Las creencias, las esperanzas, los esfuerzos, los sacrificios, las luchas, los triunfos, los fracasos, el placer y el dolor nos agitan y nos perturban.
¿Cuándo la sencillez nos resulta suficiente?
¿Cuándo la libertad y la sabiduría nos producen plenitudes?
¿Cuándo la comprensión nos lleva a la aceptación del curso natural de las cosas?
Las respuestas verdaderas, las que están libres de los conceptos del pensamiento y de la fuerza de las emociones, podemos hallarllas en nuestro silencio interior, en los sonidos y en el ritmo de la Naturaleza, en nuestra soledad, en nuestra serenidad, en nuestra conciencia y en el tiempo.
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