domingo, 14 de junio de 2020

EL REINO INTERIOR DEL HOMBRE


  En el Reino Interior del Hombre, desde hacía tiempo la situación era confusa, agitada, insatisfecha, frustrada, conflictiva. Frente a ella, la Reina había propuesto una nueva Constitución basada en las Leyes del Universo y de la Naturaleza, pero fue rechazada por el Primer Ministro, el cual contó con el apoyo del Placer, del Deseo y del Amor, y aunque el Dolor, la Soledad, la Libertad, la Sabiduría y la Armonía estaban a favor, entendieron que esa Constitución nunca funcionaría mientra no tuviera el apoyo libre y convencido de las fuerzas que se oponían. 

  La Reina convocó al Primer Ministro para buscar una solución, pues la Reina sabía que si quería tener un reino libre de males no podía imponer esa Constitución, sino que había que llegar a un acuerdo entre todas las fuerzas. 

  -Estoy de acuerdo con vos, Majestad, en que hemos de acabar con esta situación, y como la Constitución que proponéis no puede llevarse a cabo, yo he elaborado un plan que espero que goce de vuestra aprobación. -Dijo el Primer Ministro.

 -Te escucho, Primer Ministro. -Dijo la Reina con la sincera intención de que el Primer Ministro hubiera encontrado algún remedio para aliviar la situación, aunque ella sabía que sólo sería un alivio momentáneo. 

  -He pensado en escuchar las quejas y las peticiones de todas las fuerzas, y en vista de eso intentar llegar a un acuerdo entre ellas, creo que si ellas llegan a un acuerdo podremos solucionar el problema sin aplicar ninguna de las Leyes del Universo y de la Naturaleza. -Dijo el Primer Ministro. La Reina aceptó, no porque estuviera de acuerdo, sino porque en vista de la situación, no hallaba mejor solución. 

  El primero en exponer sus quejas y sus peticiones fuel el Placer: 

  -Por culpa del Dolor no hay manera de que haya felicidad, pues el Dolos nos agita y nos trastorna, impide el placentero equilibrio, e impide la la armonía entre nosotras. Que el dolor sea comprensivo y reduzca su fuerza y nos deja tranquilas a todas. Creo que todas estarán de acuerdo comigo. Por eso propongo que el Dolor sea controlado, y que todas las demás fuerzas pongan todos sus esfuerzos en crear situaciones placenteras. -Dijo el Placer. 

  El Primer Ministro, el Deseo y el Amor aplaudieron entusiasmados, el Dolor mostró su desacuerdo pero guardó un respetuoso silencio ante al Reina, y las demás fuerzas optaron por un silencio lleno de dudas. 

   Después le llegó el turno al Dolor, el cual se dirigió airado hacia el Primer Ministro, hacia el Placer, hacia el Deseo y hacia el Amor y les dijo:

  -Sois unos ingratos, sois sobre todo unos estúpidos y unos locos. Sin mis avisos intensos caeríais en todos los peligros, en todas vuestras propias trampas, además, cuando intenso soy es cuando me escucháis y caéis en los peligros contra los que os previene mi amigo el miedo. Como odiáis a la Soledad, como despreciáis a la Libertad, como no escucháis a la Sabiduría, y como os importa más la felicidad que la Armonía, me necesitáis, sin mí vuestra vida sería peor de lo que es, sin mí nuestro reino sería un caos de conflictos confusos, un laberinto situado al borde de un abismo, sólo el miedo que me tenéis evita eso. Que triste, que teniendo a vuestra disposición a la Soledad, a la Libertad, a la Sabiduría y a la Armonía, sólo el miedo que me tenéis ponga un poco de cordura y de sensatez en vuestras vidas. 



  Esta vez nadie aplaudió, pero la Reina, la Soledad, la Libertad, la Sabiduría y la Armonía mostraron su aprobación alegre y serena. 

   En vista de lo dicho por el Dolor, las demás fuerzas optaron por no intervenir, aunque le pidieron a la Sabiduría que sacara sus conclusiones. Ésta accedió gustosa y les dijo:

 -Nuestra Reina tiene razón, el Dolor tiene razón, pero no basta con que se la demos, tenemos que comprender profundamente sus argumentos, y nunca los comprenderemos si cada una de nosotras se empeña en exigir, en reclamar, en dominar, o incluso en buscar soluciones concretas a un problema que es global. -Y aquí acabó la reunión de las fuerzas con la Reina y con el Primer Ministro, y todas salieroon habiendo hecho sus propias reflexiones.






    En este cuento hay dos nombres que no se han dicho: El de la Reina y el del Primer Ministro.

   ¿Qué fuerzas crees que te los dirán? 

   ¿O bien ya los sabes pero no comprendes su verdadero significado? 

   ¿O sí que lo comprendes pero es a tí a quien no comprenden los que te escuchan y algunas de tus fuerzas interiores?

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