jueves, 2 de febrero de 2017

IRSE POR LAS RAMAS


    Uno de los dualismos en los que se basa la visión del mundo de nuestra sociedad es el de la FE contra la RAZÓN y viceversa. Para esta visión todo lo importante sólo puede entenderse desde uno de estos dos polos opuestos. 


   La FE consiste en creer que algo es la VERDAD ABSOLUTA o al menos lo mejor posible, sin tener pruebas de ello, y en la mayoría de los casos sin tener la posibilidad de comprobarlo. La FE produce en el creyente una fuerte sensación de seguridad frente al fluir natural de la vida y frente a las incertidumbres del futuro. La FE produce fuertes esperanzas en un mundo mejor y sin sufrimientos. La FE, adoptando la forma de creencias mágicas y religiosas, de ideologías políticas, de filosofías y de sistemas éticos, hace que el creyente crea que su identidad es inseparable de su creencia. Así, la FE de la gran mayoría de los creyentes se resiente poco cuando sus creencias chocan con la realidad, y en vez de cuestionarse su FE, lo que hacen es adaptar la realidad con la que han chocado a su creencia, y para ello recurren a los recursos de la mente. Son muy pocas las personas que cambian de FE, y aún menos las que dejan de tener creencias, generalmente el máximo cambio que se produce en los creyentes es que evolucionan en su creencias.


   La RAZÓN se basa en la comprobación de las cosas, en su cuestionamiento, en el análisis y la reflexión mental, en el método científico, pero la RAZÓN se encuentra con varios problemas. El primero es que la mente no tiene capacidad suficiente para comprender muchísimas cosas. El segundo es que los pensamientos racionales se encuentras interferidos por las creencias previas del razonador y por el mundo de su inconsciente. El tercero es que la mayoría de la veces la razón es más débil que las emociones y que los deseos. Y la RAZÓN también tiene una contradicción: Las personas racionales, aunque desprecian la FE cuando la ven en los demás, tienen una gran FE en la RAZÓN, a veces una fe ciega, de tal manera que depositan en ella toda sus esperanzas.


   Pese a estas limitaciones y distorsiones, la FE y la RAZÓN, defienden afirmaciones y negaciones rotundas, y crean dogmas y doctrinas. De esta manera, en vez de permitir la desnudez de lo que la conciencia observa y siente en las experiencias directas y lo que capta en estado de serenidad, así como lo que la intuición descubre y lo que la espontaneidad hace, la FE y la RAZÓN se van por las ramas disfrazando estas percepciones y comportamientos naturales con infinidad de conceptos y de creencias. Y no sólo se van por las ramas, sino que se enredad en ellas, pues ambas buscan seguidores y lo hacen predicando conceptos, y ambas luchan la una contra la otra usando como armas los conceptos, y la mente dualista de la mayoría de las personas toma partido a favor o en contra, y para ello también se van por las ramas y se enredan en su infinitas justificaciones y argumentaciones. 

    Sin la interferencia de las creencias, de los conceptos y de las interpretaciones mentales, en estas fotos sólo veríamos a unos pajarillos posados en unas ramas desnudas. ¿Podemos permitir que sea esto lo único que veamos? Permitir esto es dejar que sólo actúe nuestra conciencia, nuestra intuición y nuestra espontaneidad. Sólo ellas pueden entender que la realidad es UNA y no una creación dualista de nuestra mente. 

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