El preso la ve como la forma de librarse del dolor que le produce estar encerrado.
El oprimido y el controlado la ven como la forma de librarse del dolor que les produce la opresión y el control que sufren.
El que desea conseguir y tener algo la ve como una herramienta para conseguir lo que desea, pero al estar atado a su deseo nunca alcanza la libertad.
Hay quien sacrifica su libertad de hoy como precio para conseguir la libertad de mañana. Pero el mañana es incierto, y puede que cuando llegue la libertad no le esté esperando.
Hay quien sacrifica su libertad con la esperanza de ser premiado por el dios en el que cree. Pero el premio no está garantizado.
Hay quien la busca para poder desarrollar el potencial que lleva dentro, como el árbol que un trozo de tierra donde asentar sus raíces y un espacio para poder recibir la luz del sol y así disponer de energía para crecer y dar frutos.
Hay quien la busca por ella misma, solamente por el gozo de ser libre, y no cae en la trampa de usarla para conseguir algún deseo.
Quien permite que todo fluya siguiendo su curso natural, y permite que su vida transcurra de acuerdo con lo más profundo de sí mismo, alcanza la liberación y despierta del sueno de las esperanzas y de los deseos.
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