La conciencia siempre deja semillas. Las plantas confían en el viento o en otros seres vivos para que las trasladen a suelo fértil. Nosotros también debemos confiar en el viento y en el tiempo para que hallen suelo arado y abonado donde germinar y fructificar. Fidelidad a la propia conciencia, confiar y esperar, he ahí la mejor ciencia.
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