El ego humano quiere incluso conseguir la Luna, y para conseguirla, a veces se la promete a los demás, a cambio de que den los pasos que él les muestra.
Los egos humanos tienen una fuerte propensión a expandirse y a dominar. Lo hacen con la intención de construir mundos a su propia medida, y para ello necesitan dirigir los pasos de los demás en la dirección adecuada.
Para conseguir sus propósitos recurren a mil argumentos racionales emocionales, a mil medios eficaces, a mil demostraciones de sus verdades, y a veces seducen a muchas personas, con el argumento más eficaz de todos: Que el mundo que ellos quieren construir es el mejor mundo para los seducidos, y para todos los demás.
Los LIBRES y los SABIOS, no hacen eso, y así se les puede distinguir entre los salvadores, entre los héroes, entre los santos, entre los pastores, entre los vendedores.
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