Siempre están producidos por:
*Las renuncias a lo que somos.
*Las emociones reprimidas, o calculadas.
*Los vaivenes continuos de las alegrías y las penas intensas.
Para equilibrarnos y sanarnos, necesitamos llamarlas y que del olvido vuelvan:
La sencillez, la serenidad, la naturalidad.
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