En nuestra sociedad, la creencia dominante es que lo más importante es conseguir lo deseado.
En éste marco general, siempre surgen aquellos que para conseguir sus propios deseos pretenden imponer sus condiciones.
El Estado, con mayor o menor eficacia, defiende algunas libertades, pero a cambio impone sus condiciones.
Surgen todo tipo de organizaciones y asociaciones que prometen defender la libertad, pero a cambio imponen sus condiciones a sus propios miembros, y pretenden imponérselas a toda la sociedad.
Cuando ayudamos a los demás, o les damos lo que nos piden, en ellos se producen las siguientes actitudes:
Por un lado, en mayor o menor medida, nos ayudan, nos admiran, nos premian, nos aman. Pero ayudar y dar a los demás, nos resta libertad.
Por otro lado, cuando no les ayudamos como ellos quieren, y cuando no les damos lo que desean, dejan de ayudarnos, de admirarnos, de premiarnos, de amarnos, y a veces se muestran hostiles, y ésto amenaza nuestra libertad.
Cuando nosotros solos defendemos nuestras libertad, el hecho de luchar para defenderla, la reduce.
Cuando reducimos el fuego de nuestro ego, cuando reducimos nuestros deseos, con menos tenemos suficiente, y es menos lo que tenemos que defender.
No hay comentarios:
Publicar un comentario