A éstos estados también se les denomina estados alterados de conciencia.
Aquí, la mayoría de las veces, nos encontramos no solamente con la dificultad de distinguir la realidad de la fantasía, sino también con el hecho des que la persona que encuentra conocimientos que reflejan la realidad, unas veces no puede permanecer mucho tiempo en esos estados, y así cuando sale de ellos, se encuentra con grandes resistencias, tanto internas como externas, para llevar a la práctica esos conocimientos. Por otra parte, mientras siga en esos estados, su visión de la realidad chocará fuertemente con la visión de la realidad que tienen las personas que no están en ese estado.
Sólo cuando nosotros mismos nos inducimos éstos estados por medio de técnicas bien conocidas y que dominamos bien, o cuando nos los inducen personas que dominan perfectamente esas técnicas, se convierten en fuentes fiables, equilibradas y equilibradoras, de conocimiento espiritual.
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