Lo que cambia a gran velocidad.
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El Universo, los seres vivos, y el Ser Humano evolucionan lentamente, además los niveles de conciencia pocas veces evolucionan al mismo ritmo que el Universo, y pocas veces están en armonía con él.
Sin embargo, en cualquier sociedad y en cualquier etapa de su evolución, han aparecido diversas creencias y actitudes artificiales y complejas, así como sus correspondientes comportamientos, sobre todos los aspectos que el Hombre cree que le afectan.
La mayoría han durado poco y han tenido pocos seguidores, pero una minoría de creencias han conocido cierto auge y algunas se han convertido en dominantes, y siempre lo han hecho en nombre de lo mejor, de lo bueno, de lo cierto, de lo nuevo, de lo innovador, e incluso de lo revolucionario.
Ante las causas de su sufrimiento, al Ser Humano le queda la profundización espiritual, o bien las esperanzas y las ilusiones, pero éstas últimas hacen que aparezcan diversas soluciones y promesas innovadoras contra lo viejo, y así surgen diversas esperanzas de una vida mejor, y siempre hay una etapa en la que muchas personas se sienten entusiasmadas con algunas de éstas soluciones y promesas, hasta que chocan con la realidad del Universo y del Hombre, y vienen los fracasos, las frustraciones, las decepciones.
Estamos ante un Ser Humano que va probando, que va dando palos de ciego, estimulado por la esperanza de la felicidad y de la salvación, y llevado de sus agitaciones y de sus prisas, no mira hacia lo que siempre permanece, ni hacia lo evoluciona lentamente.
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