Lo natural podemos verlo en muchísimos ejemplos. Si nos fijamos en un árbol frutal, veremos que tiene unos potenciales naturales consistentes en producir flores, frutos y dejar semillas fértiles.
Para desarrollar estos potenciales necesita tiempo y salud, aunque también es natural que un día su vejez le cause la muerte, pero mientras llega ese día, el árbol intenta mantenerse sano.
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Todos nosotros tenemos también unos potenciales naturales, pero estos no podemos desarrollarlos todos en una sociedad que se rige por creencias y valores artificiales.
Sin embargo, en la soledad de nuestras casas tenemos la posibilidad de permitir que lo natural suceda.
La primera dificultad que se nos presentará es distinguir lo natural de lo artificial, para ello tenemos la herramienta del OBSERVAR, y a la vez que la usamos hacemos un ejercicio de libertad y de sabiduría.
Formas de aprovechar las oportunidades que nos ofrece la soledad hay muchas, aprovechemos la oportunidad de la serenidad, de la libertad y de la sabiduría, y no nos aburriremos y nuestro árbol interior dará sus frutos y dejará sus semillas fértiles, aunque tal vez no se trate de un hermoso árbol, sino de una sencilla hierba, pero será nuestra sencilla hierba, la cual tendrá para nosotros el mismo potencial de sabiduría, de libertad y de armonía que el más lozano de los manzanos.
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