lunes, 25 de noviembre de 2019

EL GRAN MERCADO


   -Mi abuela, que no sé si es una escéptica o una sabia, dice que el mundo es un Gran Mercado, donde todo el mundo tiene un precio y donde todo se compra y se vende, donde unos ganan y otros pierden, y donde siempre son los mismos los que ganan y los mismos los que pierden. ¿Tú qué opinas profesor? -Dijo una alumna.

  -Tu abuela es muchas cosas, pero no es una sabia. Aunque tiene razón en algunas cosas. En las relaciones sociales, en la relaciones personales, todo se compra y se vende. Todo se rige por la ley de la oferta y de la demanda, y casi siempre hay regateo, y esto es lo normal teniendo en cuenta que lo más importante para la mayoría de la gente es conseguir sus deseos. Pero tu abuela se equivoca en una cosa, ¿adivinas en cual? -Dijo el viejo profesor.

 -No lo había pensado, y ahora que tu lo dices tampoco veo en qué. 
-Respondió la alumna. 

 -Se trata de los ganadores y los perdedores. En realidad, creer que unos ganan y otros pierden es una ilusión, pues lo que se gana y lo que se pierde nunca tiene el valor que le damos, en realidad, es algo sin valor real. Y además se trata de una ilusión esclavizadora, impotente y estéril, pues ni saca al Hombre de la trampa en la que vive, ni le enriquece interiormente. Cuando se quiere vender y cuando se quiere comprar, cuando todo vamos a buscarlo al Gran Mercado, siempre se debe a que vivimos en una ilusión producida por nuestras carencias, por nuestra ignorancia, por nuestra inmadurez. -Dijo el viejo profesor. 

  -¿Y dónde se puede conseguir lo que realmente es importante, lo que nos hace sabios, lo que puede llevarnos a la armonía y a la liberación? -Preguntó la misma alumna.

  -Fuera de todo mercado, fuera de ese Gran Mercado del que habla tu abuela. -Dijo el viejo profesor. 

  -Concreta más, ¿dónde está eso, en qué consiste? -Preguntó la misma alumna.

  -Eso os lo dejo a vosotros. Cada uno tiene que descubrirlo por sí mismo. Lo que yo os pueda decir son sólo conceptos, ruidos en vuestros oídos. Las verdaderas respuesta a estas preguntas están en vuestro interior. -Concluyó el viejo profesor.  

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