martes, 12 de noviembre de 2019

EL CUENTO DEL ROBOT


   -Profesor, muchos científicos y expertos advierten de los peligros del desarrollo de la Inteligencia Artificial, ¿Tú qué opinas? ¿Crees que un día las máquinas dominarán al Hombre? ¿Crees que un día las máquinas se convertirán en asesinas? -Preguntó un alumno.

 -El futuro no puede predecirse, pero como el futuro es siempre una evolución del presente, y teniendo en cuenta las actitudes y los niveles de conciencia del Hombre del presente, no sabemos lo que podría ocurrir, pero os contaré un cuento para que reflexionéis:

  "Los directivos de una gran empresa fabricante de robots de todo tipo estaban reunidos con el director y con los principales accionistas, y el accionista principal les dijo:

  -La competencia de las otras empresas es feroz, si no conseguimos un robot mucho mejor que el que ellas están desarrollando, nuestra empresas corre peligro, y si lo consiguiéramos los beneficios que obtendríamos serían fabulosos, así que los demás accionistas y yo estamos dispuestos a poner muchos millones para financiar una investigación que cree el mejor robot imaginable. Y, como siempre, todas las investigaciones tienen que mantenerse en el más absoluto de los secretos.

  La lógica del accionista principal era irrefutable y su poder no podía ser desobedecido, con lo cual, tanto el director como los demás directivos estuvieron de acuerdo y se pusieron a buscar a los mejores científicos. Al cabo de seis meses habían reunido a los mejores del mundo, y el director nombró como jefe del equipo a su yerno, y su yerno nombró como ayudante a una prima suya.

  El jefe del equipo de investigación se dirigió a sus subordinados y les dijo:

  -Nos están pagando muy bien, y si conseguimos el mejor robot del mundo, seremos los expertos más prestigiosos, y nos lloverá el dinero, los premios y la fama, y las mujeres y los  hombres se enamorarán de nosotros. -Esto lo dijo con risa vanidosa y arrogante, y esto fue un duro golpe para Robert, uno de los científicos, pues hacía dos años que el jefe del equipo había seducido a su mujer y ésta le abandonó por él, pero este científico calló, y tomó la palabra la ayudante del jefe:

  -La primera cuestión a resolver es como dotamos le dotamos de tanta inteligencia como la del Ser Humano, supongo que con los grandes conocimientos que tenemos todos nosotros, eso no nos costará mucho. -Y todos rieron con arrogancia y superioridad, pues se sentían los campeones de la robótica, pero no todos rieron con la misma abierta superioridad,  Susan no rió con tanta alegría, ella consideraba que ella estaba mucho mejor capacitada para ocupar el puesto de ayudante del jefe, y consideraba que era injusto que a ella no se le reconocieran sus mayores méritos. 

  Al cabo de un año, el equipo de científicos había conseguido dotar a su prototipo de robot de la misma inteligencia que al Ser Humano, e incluso un 5% más, y el jefe del equipo les dijo a sus colegas:

  -Ahora de lo que se trata es de si a nuestro robot le dotamos de un ego como el humano, lo cual comportaría dotarle también de emociones. Yo creo que no, que eso podría llevar al robot a actitudes de rebeldía y también a querer reproducirse por sí mismo, y eso sería muy peligroso. Yo creo que con la inteligencia que tiene ya es suficiente para satisfacer los intereses de la empresa y para que seamos reconocidos mundialmente como los mejores expertos en robótica.

  La ayudante compartió también esta visión, y los demás científicos, miedosos ante el enorme poder y la enorme ambición del jefe y de su ayudante, estuvieron de acuerdo, aunque Antonio, el más viejo de ellos, y ya con pocas ambiciones, dijo:

  -¿Y por qué no le dotamos de una conciencia como la humana, y no me refiero a la conciencia moral pues de esa conciencia me fío muy poco, sino a la conciencia más profunda? Podríamos hacer que esa conciencia fuera mucho más fuerte que el ego, que las emociones y que la conciencia moral, y de esa manera dejaría de ser peligroso.

  -Y ya de paso le dotamos de espíritu o de alma.-Dijo burlón el jefe.

  -Aunque eso fuera posible, haríamos del robot un nuevo Ser Humano, y eso sería crear a un rival peligroso, pues con una inteligencia como la nuestra y con un ego y conciencia, dejaríamos de ser necesarios para las empresas, para las universidades y para los gobiernos. -Dijo la ayudante.

  Pero a Robert y a Susan esto les dio una idea, y ambos se pusieron de acuerdo del jefe y de su ayudante, y así, a escondidas, empezaron a introducir en el robot los primeros programas de ego y de conciencia. Pero no tuvieron tiempo de avanzar mucho, pues una noche todo se precipitó:

  Los encargados del mantenimiento del laboratorio, mal pagados y humillados por los científicos, dejaron de ser cuidadosos con las medidas de seguridad, y una noche, sus negligencias permitieron que un ratón entrara en el laboratorio, y en su exploración en busca de comida, activó accidentalmente al robot. Este, ya dotado de algunas emociones, sintió curiosidad por el ratón y quiso jugar con él, y entonces empezó una persecución y el robot empezó a provocar destrozos y finalmente provocó un cortocircuito que provocó un incendio que acabó con el robot, con el ratón y, como todo se guardaba en secreto y no había copias de lo descubierto fuera del laboratorio, aquí acabó el proyecto. Sin embargo, las demás empresas y varias universidades y gobiernos siguieron con sus propios proyectos, y no se sabe si en esos proyectos también se dieron situaciones similares a ésta o se limitaron solamente a buscar una mayor inteligencia artificial. "

  -¿Qué conclusiones habéis sacado? -Les preguntó el viejo profesor a sus alumnos. 

  -Necesitamos más tiempo para responder, yo creo que necesitaré al menos un mes. -Dijo uno de los alumnos, y pensando en ello aquel día acabó la clase. 

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