martes, 5 de noviembre de 2019

EL CUENTO DEL POBRE DIABLO


   Un grupo de alumnos de otro curso hicieron una gamberrada, y cuando los alumnos del viejo profesor llegaron a clase iban comentándolo, y sobre todo les hacía mucha gracia una frase que había pronunciado la directora: "Estos chicos son de la piel del Diablo"

  -¿Qué opinas tú del Diablo, profesor? -Preguntó una alumna.

  -El Diablo, o los "espíritus malignos", son personajes que están presentes en los mitos y en las leyendas de todas las culturas. -Dijo el viejo profesor. 

 -La mayoría de las personas tal vez no crean en el Diablo, pero están totalmente convencidas de que existe gente mala. -Dijo una alumna. 

 -Hoy no me apetece entrar en consideraciones sobre el Bien y el Mal, son sólo especulaciones dualistas, éticas y teológicas muy complicadas que a mi nunca me han aclarado nada, pero os explicaré un cuento:

  "Había una vez un pobre diablo que siempre suspendía, tanto en la asignatura del Mal, como en la de Astucia, en la de Chantaje y Manipulación, y en la de Crueldad siempre sacaba ceros. En realidad, era que él no tenía verdadera vocación de diablo, su verdadera vocación era la de gastar bromas y hacer gamberradas, por eso le habían expulsado los ángeles y no tuvo otra opción que unirse a los diablos.

   Antes tantos suspensos continuados, los diablos darle una última oportunidad y mandarle a la Tierra a comprar almas. Probó en política y afilió al partido que más promesas incumplía, pero no pudo nunca llegar a candidato en ningunas elecciones ni ocupar ningún cargo, pues sus compañeros siempre eran más astutos hábiles que él. Probó en la delincuencia y en la corrupción pensando que ese sería el mejor caladero para comprar almas, pero pronto le detuvieron y en la cárcel los presos abusaban de él. Probó en otras actividades, pero la gente siempre descubría sus engaños y nadie le vendía su alma.

  Desesperado, acudió a pedirle consejo a un Sabio, el cual le dijo:

 -Ofrece a la gente libertad y sabiduría, y verás como pronto encuentras muchas almas que comprar.

  El pobre diablo le hizo caso, pero el fracaso fue total. Ante esto se presentó un inspector de los diablos y le dijo:

  -Eres una calamidad, hasta los sabios te engañan, ¿es que acaso no sabes que, por mucho que la gente diga que valora tanto la libertad y la sabiduría, en realidad ambas cosas les importan muy poco? Y en cuanto a los pocos que las aprecian, ellos saben conseguirlas sin tener que vender su alma al Diablo y tampoco necesitan ser buenos para ello. En fin, quedas definitivamente expulsado como miembro de los diablos. 

  Esto hizo que el pobre diablo no tuviera más opción que la de ser un humano corriente, y pronto entendió que su único camino como humano y como pobre diablo era ser actor, y tuvo éxito especializándose en papeles de malo, y ahora siente que ha encontrado su camino en la vida. 

  Un día el sabio fue a verle y le dijo:

  -Ahora que has encontrado un camino para tu vida, un camino que se adapta a tu nivel de conciencia, ahora empiezas a entender un poco lo que es la sabiduría, ahora ya no eres un pobre diablo."

    

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