Explorar, sólo por las satisfacciones de comprender.
Jugar, sólo por los placeres que produce jugar.
Hacer, sólo por el impulso, sin la esperanza de lo que se puede conseguir.
Ganar, cuando la recompensa se obtiene mientras se está haciendo.
Inocencia, espontaneidad:
Situaciones de armonía con nuestro mundo interior y con el flujo natural, y por ello, ni requieren de principios morales, ni violan a la moralidad.
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