Quienes valoran la sencillez, también valoran la libertad que la sencillez les regala. La vida sencilla y libre tiende a bastarse a sí misma, y por ello no crea conflictos, no crea problemas, y tiende a que las relaciones entre las personas sean armónicas.
Pero vivimos en una sociedad en la cual lo más importante es conseguir lo deseado, lo cual da lugar a que dominen las dinámicas creadas por los deseosos y por lo que se sienten necesitados:
*Los deseosos valoran las capacidades y los éxitos.
*Los necesitados valoran las ayudas recibidas.
Así, la vida sencilla y libre, es valorada por pocos, y por los muchos no es comprendida.
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