Pero vivimos en una sociedad en la que esas profundidades no son la norma, y a veces chocamos con las creencias dominantes, y los choques nos agitan, nos perturban, y no hacemos lo que durante la serenidad habíamos comprendido.
También es frecuente que se produzcan tensiones interiores entre lo que comprendemos que debemos hacer, y las resistencias internas que nos dificultan o nos impiden hacerlo.
Estos choques y tensiones, por un lado nos llevan a creer que somos inconsecuentes, e incluso hipócritas, y nos sentimos culpables de no comportarnos conforme a lo comprendido.
Por otro lado debería servinos para ser más humildes, pues nos muestra la parte del camino en la que nos encontramos.
Y también hay que tener presente, que debido a éstas tensiones, cuando llega la calma, aumentan nuestras comprensiones.
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