En silencio y en sencillez,
nadie necesita que le aconsejen,
a su propio ritmo vive como quiere,
y cuando tropieza aprende.
De los demás nada pretende,
con la enseñanza que de la vida recibe,
y con lo que por sí mismo comprende,
tiene suficiente para vivir serenamente.
La serena sencillez:
de la libertad sin combate
y de la sabiduría alegre,
siempre es la silenciosa y fresca fuente.
SILENCIO Y SOLEDAD
A quien libremente su soledad acepta,
los silencios que encuentra
y los sonidos de la Naturaleza,
por igual le fertilizan y le serenan,
y sin confusión de emociones ni de ideas,
sigue sólo a su conciencia.
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