jueves, 19 de octubre de 2017

FERTILIDAD INTERNA


       Frente a tantos conflictos como nos rodean, las buenas intenciones y sus soluciones, se estrellan estériles, impotentes, contra los muchos acantilados de aquellos que disimulan sus verdaderos deseos e intenciones, y también contra los acantilados de todos aquellos creyéndose honestos se cargan de justas razones y de derechos sagrados. Deseos, disimulos, justas razones y derechos sagrados, son precisamente los que encienden los fuegos y van echando la leña. Además, las buenas intenciones y sus soluciones suelen contribuir a enredar las cosas.


  Frente a tanto fuego a tantos echadores de leña, frente al dolor que nos crean, sólo nos queda el refugio sereno de lo más elevado de nuestro mundo interno, es decir, la fertilidad de la huerta de nuestra conciencia, una huerta que siempre da frutos, pero unos frutos que sólo alcanzan su total madurez cuando los ofrecemos como regalos, y los demás los aceptan gustosamente. 


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