Las emociones son unos mecanismos naturales para la supervivencia con los que ha evolución ha dotado al Ser Humano desde hace millones de años. Aunque el Ser Humano tiene un grado elevado de inteligencia, las respuestas emocionales, al ser automáticas, son más rápidas y más intuitivas que las respuestas de la mente, y por lo tanto más eficaces y armónicas.
En nuestra sociedad, el mundo natural de las emociones se enfrenta a tres grandes problemas:
*Que vivimos en ciudades, cada vez más alejados de la Naturaleza y dependientes de la tecnología, y lo hacemos con el mismo sistema emocional que cuando vivíamos en plena Naturaleza.
*Qué esos mecanismos naturales que son las emociones, están intensamente interferidos y distorsionados por normas sociales, por valores morales, por todo tipo de creencias, por tradiciones culturales y por las leyes. La interferencia y la distorsión llegan a tal punto que no sólo se condena o se prohíbe la expresión de determinadas emociones, sino que se le dice al individuo cuales son las emociones que ha de sentir y de expresar ante cada situación.
* Las manipulaciones de las emociones por parte de los ambiciosos con la intención de conseguir sus objetivos, y los chantajes emocionales por parte de todo aquellos que recurren a la vía del victimismo para conseguir lo que pretenden de los demás.
Estos tres aspectos no sólo divorcian al individuo de sí mismo, sino que le impulsan a ser algo que no es, lo cual le produce todo tipo de desequilibrios emocionales y psicológicos dolorosos y una insatisfacción cuyas causas el individuo no es capaz de identificar.
Las emociones no se pueden controlar, (sólo se pueden controlar los actos), y sin embargo, dos de las varias novedades venidas de la mano de la psicología y de otras ramas del estudio del comportamiento humano, son los siguientes conceptos:
* Sentir empatía por los demás.
* Ser capaces de gestionar las propias emociones.
Estas novedades de las creencias sobre las emociones, no sólo no permiten a nadie controlar las emociones que siente, sino que además frustra al individuo cuando no consigue dejar de tener emociones que considera "negativas" o moral y socialmente condenables.
Pero la sociedad actual admira y premia el autocontrol emocional del individuo, y condena severamente su descontrol. Ésta admiración y esta condena son formas de control social puestas al servicio del orden social y de sus valores dominantes. Ésta actitud es una de las que impide que el Hombre vuelva su mirada hacia la Naturaleza, tanto para aprender de ella, como para buscar la armonía con su fluir.
Y el burro, animado por la zanahoria y espoleado por el palo, sigue dando vueltas a la noria, pero el agua que saca no le sacia.
Quien pretenda escapa a esta situación a través de su propio camino espiritual no podrá evitar sentir emociones dolorosas, y tampoco podrá controlarlas. Ahora bien, las emociones son también el resultado de los caminos que seguimos, y un camino más armónico produce unas emociones más armónicas y por lo tanto liberadoras.
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En el mundo actual, una gran parte de la población siente que no tiene aquello que necesita para vivir, se sienten pobres y necesitados de lo que la otra parte de la población disfruta.
Quienes tienen lo que los pobres desean, se encuentran insatisfechos y frustrados, tanto por no tener todo lo que desean, como por la desarmonía emocional y espiritual a la que ésta sociedad les condena, desarmonía con la que se consigue eso que los pobres desean.
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