sábado, 8 de julio de 2017

DE ESPALDAS





    Cuando se mira hacia un lado, siempre se le da la espalda a todo lo que se halla en el lado opuesto. 

  ¿Existe alguna visión en la que se pueda ver el conjunto de las cosas sin frentes ni espaldas, sin adentro y sin afuera, y sin la visión dualista que tiene la mente, la moral y todas las creencias?

  Quienes conocen el pensamiento místico y el pensamiento oriental profundo saben que sí. 

  Pero nuestra sociedad desprecia lo místico, lo espiritual y al pensamiento oriental profundo, y adora la consecución de los deseos, la moralidad y las diferentes creencias, todas ellas dualistas. 

   En nuestra sociedad, la mayoría busca conseguir sus deseos, y para ello se arma de argumentos sobre sus necesidades y sobre sus derechos, y así le da la espalda a las necesidades y a los derechos de los demás.

   La parte no mayoritaria de nuestra sociedad tiene un cierto grado de conciencia moral y social, pero le ha dado la espalda a crear un nuevo modelo de sociedad, y también le ha dado la espalda a la verdadera espiritualidad, y a su cambio interior, y así ha substituido el concepto de cambio de la estructura social, por el concepto de mejora de las condiciones de vida, y por los movimientos caritativos de las ONGs (a los que denomina "solidarios"), por los movimientos ecologistas, por los movimientos de defensa de los animales, etc, etc, y confunde la espiritualidad con la religión y con la compasión humanista. 

  Estas dos partes de nuestra sociedad forman infinidad de grupos y asociaciones y organizaciones y tienen infinidad de creencias, y luchas las unas contra las otras en unas batallas confusas, y como cada cual mira sólo por sus objetivos y por sus derechos, le dan la espalda a todo lo demás, y además no existe ningún tipo de "cemento", de "pegamento", ni de ideal general que una a cada uno de los fragmentos de la sociedad por encima de sus estrechas visiones e intereses particulares. Es triste que sólo la fuerza de los estados sea lo que evita un caos mayor.

  Así, interesarse por una visión no dualista de las cosas, a la inmensa mayoría de nuestra sociedad le resulta algo inútil, o algo sin valor ni interés, o algo de lo que burlarse, y nadie ve la relación entre los problemas de la sociedad, sus propios, y ese desprecio por la visión no dualista y espiritual. Esos problemas son visto solamente como algo debido a la "maldad" y al "egoísmo" de los demás. 

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