Cuando se nos para el tiempo
y nuestro único deseo
es que el instante no pase,
esos son los únicos momentos
de las plenitudes, de las verdades,
de los descubrimientos.
Pero vuelven los pensamientos,
y las agitadas emociones,
vuelve a transcurrir el tiempo,
y a mentirnos las ilusiones.
¡Cuántas creencias, cuántas teorías!
¡Cuántos espejismos, cuántos laberintos!
¡Cuántas derrotas porfías!
¡Lo auténtico, sólo dentro del tiempo detenido!
NECESIDADES Y PLENITUDES
La sed necesita frescas fuentes,
el hambre precisa platos llenos,
el frío quiere leñas y hogares,
puestas abiertas desean los sentimientos.
Las miradas requieren claros horizontes,
la voces brillan en sus ecos,
las manos anhelas el calor de las pieles,
los labios vibran en los besos.
Las altura, entusiasmos piden,
las honduras, la luz de lo sereno,
las inocencias en lo sencillo se contienen,
las conciencias son puras con lo pleno.
A la soledad, la libertad le satisface,
a la tristeza, los amorosos pechos,
la alegría, en compartir se complace,
la desconfianza se rinde ante lo sincero.
Pero la ambición a todo esto lo pervierte,
la felicidad busca poder y dinero,
las creencias confundes con complejidades,
y la moralidad nunca halla el remedio.