de los bellos anhelos,
de las plenitudes de lo interno.
Ese mundo
de las realidades de lo externo,
tantas veces duro, frío, insípido, feo...
Contra el dolor, el amor como remedio,
la libertad como exigido precio,
y la soledad como regalado premio.
Ese mundo
de gratos amaneceres, de amigos sinceros,
de comprensiones, pero de vacíos que no lleno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario