Para conocer disponemos de nuestros sentidos, de nuestra mente, de nuestra intuición y de nuestra conciencia.
El Universo es un orden regido por unas leyes, donde todo está relacionado con todo, donde todo influye sobre todo, donde depende de todo. El Hombre es parte del Universo, y está regido por sus mismas leyes.
Nuestros sentidos no pueden captarlo todo y nuestra mente no puede procesar toda la información que le llega de fuera y de nuestro propio cuerpo. Sin embargo, a veces alcanzamos a conocer algo. Ese algo es siempre parte del Universo, y por lo tanto está regido por sus mismas leyes, y así, a partir de esa parte que conocemos, podemos conocer todo lo que el Hombre puede conocer sobre el Universo.
A pesar de lo que suele creerse, los principales obstáculos para que podamos conocer el Universo no son las limitaciones de nuestros sentidos y de nuestra mente, sino que los principales obstáculos son dolor que sentimos, aquellos que tememos, aquello que deseamos y aquello que creemos.
El dolor que sentimos nos lleva a poner toda nuestra atención y todas nuestras energías solamente en la búsqueda de aquel conocimiento que nos permita escapar al dolor, o vencerlo. Cuando tememos algo y cuando deseamos algo, ponemos toda nuestra atención y todas nuestras energías solamente en evitar lo temido y en conseguir lo deseado, y así no podemos conocer al Universo. En cuanto a lo que creemos, como creemos que es verdadero, nos impide o nos dificulta mucho explorar en la realidad de las cosas, y sobre todo, nos impide o nos dificulta mucho aceptar aquello que alcanzamos a conocer en nuestras exploraciones.
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