sábado, 21 de octubre de 2017

SENTIRSE BIEN


  Quien aspira a sentirse bien mediante la consecución de sus deseos y de diversas situaciones placenteras se encontrará con una vida en la que se alternarán la alegría y el dolor en etapas diferentes y en grados diferentes, pero nunca escapará del dolor y siempre será un esclavo de todo lo que tiene que hacer para conseguir sus deseos, pues sus aspiraciones son las causantes de los conflictos, de los problemas, de las frustraciones y del daño que los humanos nos producimos los otros a los otros. 

   Quien aspira a sentirse bien mediante la vida sencilla y armónica, cultivando su mundo interior, buscando su libertad interior y siendo fiel a su conciencia, se encontrará con que en su vida se alternarán los momentos de plenitud, de libertad interior, de satisfacción interior, con los momentos de dolor. Y también se encontrará ante un camino que tiene el potencial de liberarle. 

   La vida, en su natural fluir, o debido al artificio de la sociedad en la que vivimos, nos produce diversos tipos de dolor. Se trata de dolores producidos por todo aquello que no queremos que nos ocurra o que rechazamos, por todo aquello que perturba nuestro bienestar interior. 

  En los momentos de dolor se pone de manifiesto una realidad que muchas veces no vemos o que no queremos ver, y es que nuestro principal objetivo en la vida es sentirnos bien. Y aquí está la clave: No aceptamos la realidad del Universo y de la Naturaleza, es decir, no aceptamos el fluir de la vida. Al no aceptar esta realidad no entendemos que lo más importante no es sentirse bien, sino la comprensión profunda de todo, ahondar en nuestra conciencia y elevarla, crecer espiritualmente, para así aumentar nuestra capacidad de aceptación y de armonía, pues sólo así podremos liberarnos y sentirnos plenos.


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