jueves, 27 de julio de 2017

EL ELOGIO DE LO INÚTIL, EL VALOR DE LO SENCILLO






  Si entendemos por inútiles aquellas cosas a las que nadie o casi nadie considera valiosas, nos encontramos con las siguientes ventajas: 

   * Que resultan muy fáciles de conseguir ya que casi nadie las aprecia, y por lo tanto, conseguirlas no provoca rivalidades ni conflictos, y nos ahorramos todo el dolor que las rivalidades y los conflictos nos crean, y no sufrimos frustraciones. 

* Quien aprecia lo inútil se encuentra con que puede conseguirlo por sí mismo y fácilmente y que con ello se siente plenamente satisfecho, y además, no involucra ni nada a nadie. 

 * Quien se halla satisfecho con lo que tiene es libre y está sereno. Es libre porque no depende de nadie y no está atado a lo que tiene que hacer para conseguir sus deseos. Se encuentra sereno porque siente que nada le falta. 

  Se podría objetar a este elogio que en la vida se necesitan cosas útiles para conseguir lo que se necesita, para alcanzar los sueños y para solucionar los problemas. 

   Sin embargo, quien aprecia lo inútil necesita muy poco para cubrir sus necesidades y para sentirse pleno, y además, no causa problemas. 

   En realidad, estamos ante el siguiente dilema:

   Los deseos y la libertad. Hay quien aprecia más conseguir sus deseos que sentirse libre y por ello paga un precio en libertad.

  Quien aprecia más la libertad gusta de las cosas inútiles y de lo sencillo.







    Sencillo es todo aquellos que nos regala la vida, eso que está a nuestra disposición sin que tengamos que hacer nada para conseguirlo. 

   Sencillo es lo inútil y todo aquello que podemos conseguir fácilmente por nosotros mismos. 

   Sencillo es cultivar la sencillez. 

  Sencillo es el camino del que mira hacia el horizonte de su conciencia y se dirige hacia él paso a paso, sin prisas, disfrutando y aprendiendo de lo que encuentra por el camino. 

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