lunes, 17 de octubre de 2016

PRESENTE Y FUTURO



   Los problemas de nuestra sociedad nos parecen muchos y su solución nos parece muy compleja. Pero en realidad son causados por unas pocas causas, y la solución está en unos pocos aspectos. La dificultad consiste en conseguir un cambio profundo en las conciencias. 

   En primer lugar nos encontramos con que el mundo es ya una sociedad global, pero este mundo en su totalidad, así como cualquier gran región, cualquier país, cualquier parte de ese país, cualquier ciudad, está formada por muchos grupos sociales,económicos, políticos, étnicos, culturales, y por una infinidad de creencias, es decir, existe una enorme fragmentación de la sociedad, y cada fragmento tiene intereses y creencias diferentes y opuestos entre ellos.

   Algunos ven esto como una enorme riqueza cultural, social y humana, creyendo además que es un sano síntoma de libertades y de tolerancia, lo cual contendría un enorme potencial de posibilidades positivas para el futuro. Quienes así opinan tienen muy buena voluntad, pero pocas posibilidades de estar en lo cierto.  A mi modo de ver, la realidad es que cada uno de los fragmentos de nuestra sociedad está en lucha contra los demás fragmentos: 

   Unos luchan por mantener su dominación, otros luchan por lo que llaman sus derechos sagrados, necesarios o legítimos, y todos luchan por imponer sus intereses, sus creencias y sus valores ideológicos y culturales al resto de la sociedad. 

  Estas luchas nos llevan a una conflictividad caótica debido a que falta un pegamento, algo que pueda unir a los diferentes fragmentos por encima de sus diferencias, y respetando las libertades de cada uno, en la búsqueda del bien común para el conjunto de la sociedad. Hoy día son mucho más fuertes los deseos de cada fragmento de imponerse a los demás que la búsqueda del bien común, y lo mismo puede decirse del individuo. Resulta muy difícil que el fragmento que propone la mejor de las soluciones posibles alcance el éxito, pues los otros fragmentos se lo impiden. 

   Así, conseguir cambiar esta tendencia no requiere la aparición de ninguna nueva ideología o creencia, ya existen ideologías y creencias bien desarrolladas sobre las que crear sociedad libres, justas e igualitarias, sólo se requiere un cambio en las conciencias, es decir, una comprensión profunda de los enormes daños que las aspiraciones de cada fragmento y de cada individuo están causando al resto de la sociedad.

   Otro de los grandes problemas es la destrucción medioambiental. Este problema tiene dos grandes causas: La búsqueda de la felicidad a través del consumo y de las posesiones, y el crecimiento demográfico. Ahora bien, mientras cada fragmento de la sociedad esté empeñado en imponerse a los demás, ningún movimiento ecologista conseguir impedir que el problema siga creciendo pues los intereses de los diferentes fragmentos se lo impedirán, como máximo conseguirá disminuir la velocidad de la destrucción, cosa que ya se está consiguiendo desde hace algunos años. 

    Frente al dolor, el individuo necesita placeres, pero las fuentes de los placeres pueden ser muchas y entre ellas están las satisfacciones interiores y las que se obtienen compartiendo con los demás los frutos de nuestro mundo interior. Ahora bien, mientras las fuentes de placer que más se busquen sean las del consumo de bienes materiales, las de la búsqueda de posesiones, las del éxito sobre los demás fragmentos y sobre los demás individuos, y las del ejercicio del poder, la sociedad continuará cono su presente de conflictividad caótica y su futuro, siempre incierto, pero de camino hacia cualquier tipo de precipicio. 

     al final siempre aparece una solución que mejora las cosas, pero siempre lo hace después de largas etapas de sufrimiento y de destrucción. Hasta ahora, el Hombre no lo ha conseguido de otra manera.  


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