Quienes ven la vida como una pugna entre los pros y los contras:
Unas veces le dan más importancia a los pros, y como consecuencia, ignoran, desprecian, u odian a los contras.
Otras veces le dan más importancia a los contras, y como consecuencia, desprecian, o temen, a los pros.
Con cualquiera de éstas dos visiones, no se puede conocer la realidad, y por lo tanto no se puede comprender, ni aceptar.
Para liberarse de ésta dinámica hay que ver a los pros y a los contras, como igualmente necesarios, y por lo tanto, como complementarios.
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