¿Qué impulso nos mueve?
¿Qué realidad que nos lleva?
La sabiduría,
¿Qué nos contesta?
¿Qué impulso nos mueve?
¿Qué realidad que nos lleva?
La sabiduría,
¿Qué nos contesta?
Podemos conocer que el Universo es un orden en movimiento regido por unas leyes naturales.
Una de esas leyes consiste en que todo efecto está producido por una o por varias causas.
Debido al movimiento, las causas cambian y así también cambian los efectos, y con el tiempo, los efectos se convierten en causas.
A cada persona y a cada ser vivo, los efectos unas veces les parecen propicios y otras adversos, y las causas, o les resultan un misterio o con ellas elaboran creencias.
Sólo las miradas sabias comprenden y aceptan.
En el Universo y en la vida todo está relacionado con todo, y si embargo, al parecer, queda lugar para los mundos del azar y de la suerte.
Porque la sencillez y la humilidad
no tienen fama,
y con poco les basta,
casi nadie en ellas detiene sus miradas,
y casi nadie aprende de ellas,
que no les convencen ni les atrapan,
las promesas que hacen
quienes levantan vallas,
ni las esperanzas que crean
quienes anuncian que van a derribarlas.
*El amor es sostén de la vida, y lo sentimos, lo damos, lo pedimos.
*Al amor lo suman y lo restan: Las necesidades,
los deseos, los miedos.
*Aunque sale hacia afuera, el amor es íntimo y personal, y sólo cada cual puede saber cuales son sus relaciones con él.
Cuando no armonizamos con lo natural,
para conseguir lo necesario y lo deseado,
tenemos que dominar.
Dominar es forzar, y por ello pagamos unos precios más o menos altos, en esfuerzos, en sacrificios, en luchas, en conflictos, en desequilibrios, y dejamos unas consecuencias más o menos destructivas o dolorosas.
Así, unas veces no podemos conseguir los éxitos, las satisfacciones, el bienestar, la seguridad, y cuando los conseguimos, unas veces sus efectos duran poco tiempo, y otras no nos resultan suficientes.
A pesar de todo lo cual,
la gran mayoría de los seres humanos,
siguen empeñados en dominar.
La mayoría de las personas tienen la creencia
de que tras conseguir todos éstos aspectos
ya no se necesita nada más.
Pero eso son creencias,
y quienes ven con ojos sabios,
se liberan de ellas.
Con esas miradas,
¿Qué es lo que encuentran?
Nos quejamos por todos los obstáculos, por todos los precios pagados, por todos los fracasos.
Pero cuantas rígidas resistencias ante las adversidades, a cambio de poder conseguir lo deseado.
Y mayores son las resistencias a la hora de comprender y de aceptar los cambios necesarios, para armonizar, para liberarnos.
Y de tanto quejarnos y resistirnos, con frecuencia nos desequilibramos, nos rompemos....
De la paloma,
del Ser Humano.
Sobre la farola eléctrica,
azul y abierto está el cielo,
nuestros pasos,
nuestro sendero,
¿Cómo los vemos?
Cuando somos adultos, a los demás les percibimos en función de:
*Nuestros miedos.
*Nuestras necesidades.
*Nuestros deseos.
*Nuestras creencias.
*O bien del grado de liberación que hayamos alcanzado de los aspectos anteriores.
Así, la percepción que tenemos de los demás,
nos sirve para percibirnos a nosotros mismos.
Necesitemos lo que necesitemos,
busquemos lo que busquemos,
lo que podemos hallar sólo lo encontraremos
en el mapa y en la guía de nuestro camino interno.
Para todos y para todo,
está el Tao, el Universo, y el tiempo.
Para cada objetivo hay varios,
todos prometen el cielo,
pero tienen los pies metálicos.
Metálicos los medios usados,
metálicos los resultados,
metales en los que a veces
se posan los pájaros.