El verdadero equilibrio es sereno y flexible,
medio para liberarnos y para ser sabios.
El falso es rigidez, fuerza, poder,
dogmas, ilusiones, el ego y sus estrategias:
Para conseguir sensaciones de seguridad.
Para no tener que rectificar.
Para no mostrar miedo ni debilidad.
Aferrase a lo que se tiene a mano,
o bajo los pies, sólo para no caer.
Quienes tropiezan, caen y se levantan,
pueden obtener equilibradoras enseñanzas.
La vida, de todos es la maestra más sabia.
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