Frente a los peligros más habituales tenemos las siguientes dificultades:
*La menor es no crear situaciones peligrosas.
*La dificultad es un poco mayor cuando se trata de no caer en ninguno.
*La dificultad va en aumento cuando se trata de salir de alguno.
A la hora de salvar a los demás se presenta una dificultad y un peligro:
*La dificultad consiste en hallar un medio eficaz y poco doloroso para el salvador y para los salvados.
*El peligro consiste en las nuevas situaciones dolorosas que crean los salvadores y los que quieren ser salvados.
Los peligros que nos causamos a nosotros mismos y los que causamos a los demás, tienen las mismas causas.
Ante la vida, la actitud menos peligrosa y que causa menos dolor, consiste en no crear situaciones peligrosas. Ésta actitud, además es pacífica y liberadora, y por ello sabia y armónica.