martes, 2 de septiembre de 2014
PLACERES Y ALEGRÍAS
PLACERES
Los de los éxitos alcanzados,
y los de ser amados.
Los de las avanzadas tecnologías,
y los de las bellas fantasías.
Los caros y sofisticados,
y los que son un regalo.
Los que se ganan al luchar,
y los que sabemos dar.
Los que llevan al éxtasis,
y los que nos llegan gratis.
Los que producen tantas risas,
y los de la serena alegría.
Los que exige la felicidad,
y los que manan de la libertad.
Los que a los demás reclamamos,
y los que en la soledad hallamos.
Los que ciegan al inteligente,
y los que abren los ojos al durmiente.
ALEGRÍAS
Las del dolor vencido,
y las de los placeres sencillos.
Las del corazón cuando ama,
y las de las limpias miradas.
Las de la semilla sembrada,
y las de la mies segada.
Las que cortan cadenas,
y las que crean comunes primaveras.
Las otras, las pequeñas y las grandes,
las de dentro y las de fuera,
del dolor son siempre madres,
o hijas de mentes enfermas.
Para vivir, la sana alegría,
para compartir, el amor,
la soledad, para el interior,
para la liberación, la armonía.
LADRONES Y CONSEJEROS
Lo propio, puro y bello,
tiene poderosos ladrones:
son los deseos ajenos
de tener más de lo que tienen.
Que los robos no me afecten,
me dicen como buen consejo,
mi mente eso es lo que quiere,
pero mi corazón es guerrero.
Guerrero al que siempre vencen,
los ladrones y mis miedos,
y el que siempre se complace
con mi conciencia y sus anhelos.
En la intención el amor,
batallas de libertad indignada,
las heridas del dolor,
y mi esencia, que por terca, se salva.
Esencia, para el placer y la satisfacción,
para alegrías sanas, para íntimas bellezas,
las que no alcanza el ladrón,
las que no ve el que me aconseja.
Y tras la tormenta,
la calma vuelve,
mi guerrero se cura y duerme,
y la victoria llega.
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