lunes, 23 de octubre de 2023

EL SABIO ES HUMILDE

 


  La vanidad y la arrogancia sólo existen cuando se confía en conseguir los deseos, o cuando se consiguen, y no tienen cabida en quienes se han liberado de ellos, por lo tanto, sólo el Sabio puede ser plenamente humilde:

  "Puesto que no se exhibe,

   la gente puede ver su luz.

   Puesto que nada tiene que demostrar,

   la gente puede confiar en sus palabras."

    (Tao Te King. Cap. 22)

 

  La vanidad y la arrogancia oscurecen la verdadera luz, exihibirse, y demostrar algo, son muestras de vanidad y de arrogancia. La humildad hace que brille la luz interior. El brillo de la verdadera luz siempre sale fuera y hace que la gente confíe.


  "Así, el Maestro es accesible a todos

   y no rechaza a nadie."

  (Tao Te King. Cap. 27)

  Quien tiene pocos deseos tiene pocas preferencias y siente pocos rechazos por la gente. 

  Quien se ha liberado de sus deseos, es humilde, y ya no hace distinciones entre la gente. 


 Al Sabio su soledad le viene de que lo que da es poco valorado por la gente, y además de que en soledad se desarrolla plenamente. Así, quien busca la sabiduría a veces puede sentir cierto rechazo por las compañías con las que no puede compartir lo que cultiva. 

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