-Maestro, ¿Puedes hablarnos de las esperanzas y de la sabiduría? -Pidió un discípulo.
-Voy a ser lo más breve y lo más claro posible. Mi experiencia me muestra que los creadores y los vendedores de esperanzas sonsiguen sus objetivos, los cuales son muy variados y obedescen a propósitos diferentes, cuando nos convencen de dos cosas:
1ª) Que podemos conseguir uno o varios deseos si hacemos caso de lo que nos dicen.
2ª) Que cuando consigamos ese o esos deseos se nos irán abriendo las puertas para vivir en el mundo soñado o para disfrutar del estado placentero y satisfactorio interior que más anhelamos.
-Breve pero intenso. Creo que se requiere una comprensión profunda. Pero eso lo dejaremos para más tarde. Ahora, ¿Podrías explicarnos cuales son las diferencias entre los creadores y los vendedores de esperanzas y los sabios? -Pidió el mismo discípulo.
-A diferencias de los creadores y de los vendedores de esperanzas, los verdaderos sabios ni crean ni venden esperanzas, sino que se limitan a mostrarnos aquella parte de la realidad que ellos han descubierto por sí mismos, y nos dejan en plena libertad para que hagamos lo mejor que nos parezca con la sabiduría que nos muestras. -Contestó el Maestro, el cual tras una breve pausa para buscar las palabras más sencillas, les dijo:
-De nosotros depende sa ber distinguir entre las esperanzas y la sabiduría. También despende de nosotros el mayor o menor valor que le damos a cada una y lo que pensemos, sintamos o hagamos respecto a cada una. -Y tras esto, el Maestro guardó silencio.
Y el discípulo pensó que quien camina solamente hacia el horizontes al que puede caminar por sí mismo, está en condiciones de vivir sin tener que comprar esperanzas y sin tener que seguir los pasos de nadie.