LAS CREENCIAS

   Nuestras creencias se forman a partir de nuestros niveles de conciencia, de nuestros deseos, de nuestros miedos, de nuestras emociones, de nuestra psique y de las consecuencias que sacamos de las consecuencias que sacamos de nuestras vivencias, y también de la información que recibimos. 

  Una creencias es una visión de la realidad. Pero además, a toda creencia siempre va unido el deseo de que las cosas sean como creemos que han de ser y que las personas se comporten como creemos que han de hacerlo.

  Entre la realidad y la forma en la que la captamos siempre se interponen dos aspectos: 

   * Las limitaciones de nuestros sentidos y las limitaciones de nuestro cerebro y de nuestra mente a la hora de interpretar la información recibida de los sentidos.

* Nuestras creencias, las cuales distorsionan nuestro pensamiento sobre la realidad.

  Todos tenemos creencias, pues al no poder ver la realidad como es substituimos esa realidad por unas creencias, y sobre todo, porque las creencias nos producen una sensación psicológica y emocional de solidez, de seguridad, e incluso a veces ligamos el hecho de ser fieles a nuestras creencias con nuestra identidad, con nuestros valores morales y con nuestra dignidad como personas.

    Centrar nuestra vida en nuestras creencias es un obstáculo a la hora de comprender nuestro mundo interior, de permitir el natural flujo del río de la vida y de alcanzar la liberación y la armonía. Sólo la observación directa sin la interferencia de nuestras creencias puede hacer que nos sintamos unidos a nuestra esencia y a la esencia y energía del Universo.

  Pero aunque todavía no sabemos vivir sin creencias, el grado de poder de nuestras creencias sobre nosotros varía mucho, de tal manera que pueden ser rígidas o flexibles.

  Son flexibles: Si somos conscientes de que han evolucionado y de como lo han hecho. Si admitimos la duda y alguna vez las cuestionamos, si se abren a otras posibilidades. Si vemos que dejan un amplio espacio para lo nuevo y se adaptan a ello. Si vemos que dejan un amplio espacio para el mundo de nuestra esencia y de nuestra conciencia.