miércoles, 9 de noviembre de 2016

SABER Y SER CONSCIENTES



       La luz y la sombra
   son las dos partes inseparables
   de todas las cosas.

   Nuestra mente puede estar de acuerdo con esto, sobre todo si nuestra mente conoce el pensamiento oriental y conceptos como el yin y el yang.

   Pero el saber esto y el estar de acuerdo con ello no nos permite que nuestros actos y nuestros pensamientos se guíen por ello. Nuestra mente dualista lo impide, pues considera que la luz es buena y que la sombra es mala y busca la luz y rechaza a la sombra. Sólo en un día caluroso buscamos a la sombra.

    Ser conscientes es ir más allá de la mente, es comprender en profundidad como son las cosas, de tal manera que esa comprensión nos dé la fuerza necesaria para que nuestros actos y nuestros pensamientos se correspondan con lo que sabemos y con lo que consideramos cierto o sabio.

   A mi modo de ver, aunque la mente es la primera puerta para ser conscientes, nuestra mente se distrae mucho con todo lo que sabe, y sobre todo, se distrae mucho huyendo del dolor y buscando el placer, así como con los conceptos de lo bueno y de lo malo. 

   Para ser conscientes hay que tener presentes estas distracciones, hay que estar serenos y persistir en la búsqueda de lo consciente. De esa manera, con el paso del tiempo, la conciencia  se presentará en nosotros como un descubrimiento súbito de toda la profundidad de algún aspecto concreto de la realidad. 



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