viernes, 3 de enero de 2014

TRILOGÍA DOMINANTE Y ALTERNATIVAS



                            (I)
                     DINERO

  La ambición, creada por el miedo,
  y preferir
  pelear a compartir,
  por tan deseado, tan poderoso lo han hecho.
  Sin él y por él, todo es doloroso combatir,
  para el vencedor, todo es necesidad de oprimir.

  Para el necesario alimento
  y para el placer del paladar,
  para abrigar al cuerpo
  y para siempre, a la moda estar,
  para tener un digno techo,
  y para el apartamento junto al mar.

  Para el bienestar y el sosiego,
  fortaleza contra la pobreza,
  premio para el trabajo y el riesgo,
  para la salud plena,
  para no llegar a viejos,
  para gozar de la belleza.

  Para ser y para tener,
  a través del éxito y del poder.
  Para ser amados y admirados,
  para envidiar, odiar y se odiados,
  para alcanzar la seguridad,
  para encontrar el vacío y la soledad.

  Poderoso caballero,
  más no por lo que das,
  sino por lo que creemos.
  El mayor y frustrado afán
  contra el sufrimiento,
  la gran derrota de la libertad y de la paz.

  Mas el pobre no es dichoso,
  el que más no quiere
  la paz encuentra solo,
  la libertad se obtiene
  en el vuelo y en lo hondo,
  en la armonía, al dolor se vence.



                           (II)
                         PATRIA

  De ancestrales identidades, terca defensa,
  añoranza y búsqueda de grandezas,
  el amor por la tierra y la bandera
  crea el odio a las diferencias,
  la intolerancia contra las disidencias.

  La libertad, sólo es un grito de guerra,
  la igualdad, confundida con la étnica pureza,
  la fraternidad, negada al de fuera.

  Cuando el otro es el problema,
  muerte la fértil convivencia,
  y la mediocridad mata a la plural riqueza.



                            (III)
                      RELIGIÓN

   Cada una, la única verdadera,
   la salvación, como premio a la obediencia,
   el amor, como exigencia,
   la fe, ciega,
   la razón, justificación de la creencia.

   La libertad, cuando la muerte llega,
   la igualdad, sólo en la pobreza,
   la fraternidad, al pecador se le niega. 

   Dios, bueno y todopoderoso,
   pero sigue, perenne, lo doloroso.
   
   La libre búsqueda,
   herejía, miedo y condena. 


    
              CÍRCULO TRIANGULAR

    El dinero,
    hace y deshace patriotas y patrias,
    desola sagradas tierras,
    tiñe y destiñe, iza y arría,
    ensangrienta y quema banderas,
    al titiritero la victoria le entrega,
    la derrota, para el inocente queda
    que, con la llama sagrada,
    permanece añorante y a la espera.

    El dinero,
    no hace ni deshace religiosas creencias,
    pero el rico, por su interés la maneja,
    el poderoso las usa como bandera,
    y los dos, para su mayor gloria
    de los templos son mecenas,
    y el amor al prójimo, unas monedas.
    El inocente, con su fe se contenta,
    el necesitado, siempre a la espera. 

    La patria,
    del dinero hace causa y pelea:
    la riqueza es grandeza,
    de la pobreza, culpable del de fuera
    y la vileza de las patrias ajenas.
    ¡Botín, la victoria es nuestra!
    derrota, escasez y miseria. 

    La patria,
    Dios, por la nuestra
    siente preferencia,
    y la fe y la adoración reinan
    hasta en las mentes ateas.     
    La religión,
    que Dios nos saque de la pobreza,
    por su Gracia gozamos de la riqueza,
    por los medios y maneras,
    tranquila la conciencia. 

    La religión,
    ¡Qué Dios bendiga nuestra tierra!
    ¡Que en la batalla nos proteja!
    ¡Que en su nombre es la guerra!
    ¡Señor, escucha a los que esto te ruegan!


            TRILOGÍA ALTERNATIVA

                                  (I)

               LA VÍA REVOLUCIONARIA

  Frente al dinero:
  Libertad, la de la opresión derrotada,
  la de la misma responsabilidad.
  Igualdad, con la propiedad comunal,
  y el bien común la más alta utilidad.
  Fraternidad, la de la generosidad,
  la que no pierde tras dar.
  Y la condición máxima:
   unas conciencias
   que a las tres sostengan. 

   Frente a la patria:
   La libertad de corazones y mentes,
   que común  sienten
   la humana naturaleza.
   La igualdad en las afinidades,
   sin líneas, sin banderas,
   bajo el cielo, sobre la tierra.
   La fraternidad, de la etnia libera,
   sin propios ni extraños, sólo confianza.

   Frente a la religión:
   Libertad, para al amor liberar.
   Igualdad, para el dolor evitar.
   Fraternidad, todos juntos, remar, navegar...
   Salvación y paraíso, en el Hombre están. 

             
                              (II)
              LA VÍA AMOROSA

  Frente al dinero:
  libertad para poder pedir,
  para desear dar.
  Igualdad, de los corazones al sentir,
  de las manos al entregar.
  Fraternidad, la meta del vivir
  es entregarse a la ajena necesidad.
  Y la condición máxima:
  Un corazón en cuyo fluir,
  las tres se sostengan. 

  Frente a la patria:
  Con la fraternidad basta. 

  Frente a la religión:
  Libertad, para creer y hacer,
  igualdad, para crecer y para ser,
  las dos, para que la fraternidad pueda emerger.
  El Amor, cada dios lo predicó,
  y para la salvación:
  es condición la compasión. 



                            (III)

                LA VÍA ARMÓNICA

     Frente al dinero:
     Libertad,
     frente a la necesidad y al deseo.
     Igualdad,
     a cada pie su sendero, a cada río su lecho.
     Fraternidad,
     la que viene sin voluntad ni esfuerzo.
     Y la soledad abierta:
     a lo hondo,
     a lo sencillo,
     a lo sereno. 

     A la patria:
     No la conoce la libertad
     del pájaro, del viento...
     No la conoce la igualdad
     del agua del mar, del azul del cielo.
     No la conoce la fraternidad
     del sol, con su fuego y su luz sobre el suelo.
     Y le resulta extraña
      a la senda de la armonía humana. 

     La religión:
     No encaja en la libertad
     del que dentro se busca.
     No encaja en la igualdad
     del que con lo externo se iguala.
     No le encaja a la fraternidad
     que por su natural ama.
     No necesita fe, normas ni creencias,
     el que lo natural acepta,
     y sigue la luz de su conciencia. 



       LA REDONDEZ DEL TRIÁNGULO

     Toda libertad,
      al dolor quita cadenas,
      y al oprimido le muestra
      medios y herramientas.

     La igualdad,
     al dolor quita fuerzas,
     y al alto y al bajo les muestra
     lo que más cuenta. 

     La fraternidad,
     contra el dolor pone ternura y vendas,
     al que desconfía de la humana naturaleza,
     la alegría y la energía le renueva. 

     Conciencia,
     la que de la libertad hace meta,
     la que a la igualdad acepta,
     la que en la humana fraternidad
     y en la natural escuela,
     encuentra horizontes y vías.
     Conciencia, 
     la que florece y se eleva,
     en fuegos de compasión y rebeldías,
     y nos libera en sus armónicas sendas. 

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