viernes, 22 de abril de 2016

ANTES DEL ALBA

Unos instantes de amorosa conciencia,
y una calle silenciosa, sin alertas,
a mi activa mente la aquietan.
De pronto, mi mirada
se posa en la ventana: 
En ella, luminosas, con fuerza,
la luna llena
y unas pocas estrellas,
¡Mi corazón de ellas se llena!
¡De mi razón se apoderan!

Noche abierta y serena,
sin preguntas,
sin el interferir de las ideas,
de lo alto llegan las respuestas,
y me dejan su huella:
en mi mente, fugaz,
en mi inconsciente, veraz,
pálido reflejo en este poema,
opiniones en quien lo lea,
pero siempre a la espera de una ventana abierta.

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