La lluvia de hoy, el sol de ayer y de mañana, y tener serena y receptiva el alma, hacen posible esta fértil y colorida gama. ¡He aquí, de la primavera la Magia!
Que el color reluzca, que lo fértil se abra, que el agua fluya, que nade la abundancia. Sólo esto la existencia demanda, con todo esto plena está el alma, Viento, Tierra, Lluvia, Sol de la mañana, concedeznos vuestra Gracia.
Unos instantes de amorosa conciencia, y una calle silenciosa, sin alertas, a mi activa mente la aquietan. De pronto, mi mirada se posa en la ventana: En ella, luminosas, con fuerza, la luna llena y unas pocas estrellas, ¡Mi corazón de ellas se llena! ¡De mi razón se apoderan! Noche abierta y serena, sin preguntas, sin el interferir de las ideas, de lo alto llegan las respuestas, y me dejan su huella: en mi mente, fugaz, en mi inconsciente, veraz, pálido reflejo en este poema, opiniones en quien lo lea, pero siempre a la espera de una ventana abierta.