Farsa
y comedia.
Del drama,
causa
y consecuencia.
Mercaderes en campaña,
ingenios, que a los ingenuos
dirigen burdas proclamas,
sonrientes máscaras
que pretenden confianza,
que a la ambición
disfrazan de poderosa hada,
y halagan al comprador.
Contra lo negro de tu pobreza,
el radiante sol de mañana.
Contra el hielo de tu impotencia,
el fuego de la leña de mañana.
Contra todas tus penas,
las alegrías que te daré mañana.
Contra tus desconfianzas,
mi honestidad de mañana.
Aunque en democrático derecho,
es libre el mercado
y libre el comprador,
opciones sólo se permiten dos:
qué lista es mala, cual es la peor.
Lo demás no es democrática razón:
es incívico,
utópico,
revolucionario...
Y sin embargo,
es lo libre y lo necesario.
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