Somos flores silvestres,
pero vivimos en jardines.
Cada cual prefiere el suyo,
y hacemos de jardineros
los unos de los otros.
Somos flores silvestres,
pero vivimos en jardines.
Cada cual prefiere el suyo,
y hacemos de jardineros
los unos de los otros.
Admirada, deseada, cultivada,
cuidada, poseída, protegida...
Pero con el tiempo,
también se aja,
y su lugar lo ocupa otra más lozana,
o una nueva y efímera esperanza...
La realidad que percibimos,
siempre es incompleta,
pero podemos deducir e intuir,
sus bases ciertas,
y volar y posarnos,
orientados por ellas.
Cree porque lo ve
como un medio para tener
y para subir más alto.
De esa creencia, inseparables, emergen:
Los poderosos.
Los sometidos.
Los ambiciosos.
Los resultados nos afectan a todos.
¿Qué pueden hacer los que no creen?
Existen muchas sendas,
pero hay que comprender y aceptar,
como se puede volar y caminar por ellas.