Por sencillo es sereno,
por sereno ve lo complementario,
por complementario es fértil,
por fértil se siente pleno.
Aunque la energía se conserva,
nuestras fuerzas se agotan,
y mientras las huellas se borran,
algunas semillas brotan.
Quienes NO somos sabios:
Conocemos poco,
podemos demostrar menos,
y por todo ello,
es mucho lo que creemos,
y estamos insatisfechos.
Quienes SON sabios:
Son conscientes de lo poco que conocen,
no pretenden demostrar nada,
se han liberado de sus creencias,
y ésto les resulta suficiente.
Cuando comprendemos algo,
aceptarlo es el siguiente vuelo,
el siguiente paso.
¿Quién sabe cómo darlos?
Pero al que comprende siempre le queda:
Seguir viviendo, caminando, volando,
por los espacios y por las sendas,
en las que su nivel de conciencia,
y su naturaleza,
mejor se reflejan.
El horizonte como orientación,
siempre lejano,
la senda de cada día, de cada intuición,
vuelo a vuelo, paso a paso,
de ida, y cuando regresamos.
....Observar,
dentro y fuera,
tomar conciencia,
caminar, volar, ....
¡Cada cual, su resultado obtendrá!
Comprendiendo y aceptando,
a la armonía y a la liberación nos vamos acercando.
A veces, la alegría de unos es lo que causa la pena de otros.
A veces, la alegría que sentimos nos trae como consecuencia a la pena.
A veces, la alegría de unos es la alegría de todos.
A veces, el dolor es el precio por la alegría.
Que la alegría nos serene y nos haga conscientes,
para que veamos que estos dos son los mejores dones que contiene.
Tantos afanes diferentes,
y cada uno requiere
sus derechos y sus libertades.
Exigencias y aportaciones,
superhávit y déficit.
Ataques y defensas,
en pos de lo necesario,
y de lo que se quiere.
Tramas y personas,
acontecimientos, conflictos, acuerdos,
dinámicas sociales tejidas
con y en las dimánicas personales.
Y todo por su camino, va y vuelve.
