De todo, la hondura y la belleza,
de todo, la más íntima energía,
alma, emoción, conciencia,
fundidas en fértil armonía.
Palabra, letra, rima, ritmo,
para el placer de leerla,
tu corazón para darle sentido,
tu eres poesía, lo que sientes es tu poema.
No importan el tema o el estilo,
siempre de la soledad,
la dulce y la amarga.
Siempre de la libertad,
siempre la ideal, siempre la esperada.
Siempre del amor,
el gozado, el añorado,
el buscado y el perdido.
Siempre el dolor
hecho belleza en el poema.
Siempre el remedio
liberador de escribir un poema.
Siempre la soledad
con sus alas de libertad.
Siempre el amor
con su esencial inocencia.
Siempre la poesía
y la voz del poeta.
MIS MIEDOS
Son los lastres de mis pasados yerros,
los dolores de mi cuerpo presente,
las visiones de mi futuro de viejo.
No soy culpable de sus actos y ni de sus deseos,
por no afrontarlos no se me siento cobarde,
ni valiente cuando los venzo.
Contra ellos no quiero ser guerrero,
pero de ellos me defienden
las desconfianzas que siento.
Dicen que liberarse es vencerlo,
pero a todo luchador vencen,
libre sólo es el instante armonioso.
Después inician su regreso,
pero serenos se me duermen,
ante el amor, cuando puro lo siento.
Mis miedos, vuelven fuertes y enteros,
pero armonía se vuelven
cuando lo natural acepto.
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MIS DESEOS
No quiero tus creencias,
quiero la hondura de tu conciencia.
No quiero tus verdades,
quiero lo que anhelan tus libertades.
No quiero tus bellas palabras,
quiero la luz de tus dulces miradas.
No quiero el genio de tus pensamientos,
quiero la inocencia de tus sentimientos.
No quiero tu dolor,
quiero lo que te produce amor.
No quiero tu refinado placer,
quiero tu alegre sencillez.
Lo que para ti quiero,
es lo que para mí, aún no puedo.
Y par los dos es mi sueño:
lo que tu necesitas,
y lo natural que aún no acepto.
Ningún misterio lo sería
si un sentido le viéramos a la vida.
La vida
es un flujo de energía
encarnado en formas y movimientos.
ordenado y orientado
por un misterio
que no usa ni el castigo ni el premio,
donde ningún empeño
tiene garantía,
donde nuestros miedos
a lo doloroso lo llaman malo
y bueno al placer y a su alegría.
¿Tiene o no tiene,
sentido la vida?
Misterio y preguntas
para la inquieta mente
y su estéril porfía.
El misterio que se cree conocer,
es armonía que no se tiene.
La ignorancia y los miedos,
en la blanca tela del misterio,
pintan fantasías de ciegos.
La mano sobrenatural
o la mano del azar.
La mente argumenta
aunque no puede saber la respuesta.
Del misterio sólo se sabe y se precisa:
la conciencia de cada instante,
la señal y el regalo de cada día,
y esa quietud gozosa de la sabiduría
cuando la armonía se siente.
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¿POR QUÉ?, ¿PARA QUÉ?
Ni bueno ni malo es lo sucedido,
es el flujo y el ruido de la vida,
hechos que se encadenan,
no les busques el sentido,
son tus vivencias,
cada cual es una parte de tu escuela,
cada cual te pone a prueba,
pero no te suspenden ni te aprueban,
sólo son tu corriente y tu río,
deja que cada sentimiento se exprese,
deja que cada gota fluya libremente,
a cada río, la verdad de su mar le espera.
¿Por qué?
¿Para qué?
Dos angustiosas preguntas,
siempre doloridas e inquietas,
pero sólo la serenidad halla
cada necesaria respuesta
en la conciencia de cada instante,
en la señal y en el regalo de cada día,
y en la quietud gozosa de la sabiduría
cuando la armonía se siente.
Sólo eso podemos saber,
sólo eso precisamos aprender.
